A medida que el mundo se enfrenta a la evolución, también sucede con las preferencias y las demandas que surgen en el turismo. Se ha desarrollado una gama de productos turísticos que son alternativos dentro de la ruptura de lo que conocemos como normatividad y rigidez dentro de la vida cotidiana, con el objetivo de embarcarse en un espacio y tiempo de esparcimiento que no solo es físico, sino psíquico y emocional.
En nuestros tiempos el ocio ha dejado de ser considerado como una señal de holgazanería, por lo que se ha revalorizado como un indicador de una genuina calidad de vida.
En otros tiempos el turismo era entendido como un activador económico que se podía implementar en distintos nichos y uno de ellos en la actualidad es la espiritualidad-reflexiva, una meditación vinculada con los tiempos libres o de ocio.
Dicha tendencia guarda relación con la crisis del sistema fordista, donde las sociedades posmodernas comenzaron a cuestionar los hábitos de vida, costumbres y tradiciones que hasta entonces mantenía el capitalismo lo que provocó en numerosos casos, una especie de incertidumbre, ansiedad con una consecuente búsqueda de ese “algo más”.
En oportunidades para algunas personas, ese “algo más”, podría implicar la búsqueda de un mayor nivel de bienestar a través del incremento de su autoestima a través de actividades como la meditación.
En nuestros días, es posible hablar de Turismo Espiritual-Reflexivo, siendo este un modelo vacacional para quienes aparte de buscar el bienestar psíquico-físico, también desean encontrar herramientas con las que logren viabilizar el auto conocimiento y la liberación de estrés emocional, en un espacio donde ese mismo turista pueda sentirse contenido.
Son variados los factores que se encuentran generando que gran número de personas a nivel mundial busquen como destino vacacional ese espacio en donde lo primordial sea su relajación psíquico-física-emocional a través de técnicas que son específicas como la meditación.
Recientemente, ha comenzado a llamar la atención de ciertos investigadores el turismo de índole espiritual-reflexivo en Occidente, por lo que es un fenómeno que se encuentra en francocrecimiento desde hace tiempo.
Siendo tan apremiante dicha situación, ha hecho que todavía no exista una gran cantidad de antecedentes con los que se pueda describir o categorizar el fenómeno de Turismo Espiritual-Reflexivo.
De manera que, ha tocado indagar en un tipo de demanda turística específica, y todo ello como producto de una necesidad de introspección que se ha venido produciendo en la Era Posmoderna. Muchos son los centros turísticos que en la actualidad le presentan a sus clientes una oferta para este nicho que es sumamente específico y de esta manera es posible indagar en los
intereses del tipo de turista que se encuentra arribando al destino y obtener la mayor cantidad posible de datos que hagan referencias a los lugares, sus gestores y los visitantes que se acercan a las localidades y de esta manera poder ofrecer actividades que cubran sus necesidades tanto físicas, como espirituales que no sean solo a través de la meditación.